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El pasado 26 de marzo la gente se lanzó a las calles en el Reino Unido para protestar y resistir los recortes sociales y los ataques a la clase trabajadora. Las cifras oficiales ya han admitido que sólo en Londres hubo unas 500.000 personas. Miles de organizaciones de todo tipo y color se organizaron en torno a una variedad de actividades que contó desde la marcha kilométrica de Blackfriars Bridge a Hyde Park, hasta la ocupación y ataques a empresas símbolo de la crisis económica y las injusticias en el sistema tributario, sin faltar la respuesta a las cargas policiales y los discursos soporíferos de los líderes laboristas.

 

En el último año, el gobierno de coalición de conservadores y Liberal-demócratas, con David Cameron a la cabeza, ha pasado toda una serie de medidas que ponen derechos fundamentales al borde del abismo. Con la excusa de la crisis, el gobierno no sólo ha provocado la pérdida de millones puestos de trabajo, sobre todo en el sector público, sino que ha recortado ayudas a madres solteras, guarderías, personas en situación de paro, etc. Además, está haciendo recortes billonarios a la sanidad y educación públicas, sin contar la subida de tasas universitarias de £3500 a £9000 anuales. Al recortar también el presupuesto a los ayuntamientos, éstos ha su vez han provocado el cierre de bibliotecas, servicios especiales de transporte, parques infantiles, ayudas a minusválidos y servicios sociales en general. Nadie queda libre. La Royal Air Force, la policía y el servicio forense han visto recortado su presupuesto por lo que departamentos enteros, así como miles de puestos de trabajos van a verse desaparecidos o privatizados. Por si fuera poco, la gota que colmó el vaso fue cuando recientemente David Cameron anunció su idea de la ‘big society’ (la gran sociedad). Fiel a su ideología neo-liberal, el argumento es que los servicios sociales y comunitarios sean llevados por organizaciones sociales y caritativas y no por el estado. Es decir, afirma Cameron, que lo que hay que promover es una gran sociedad y no un gran estado. El financiamiento a empresas petroleras, nucleares, al armamento y las guerras, o las trillonarias ayudas que se dieron a los bancos en el 2008/2009 para que ellos sí pudieran salir de la crisis, no parece que sea algo que contradiga su idea de estado mínimo.

 

Contra estos ataques, la manifestación del 26 de marzo desbordó todas las previsiones. Desde distintos puntos de Londres, cientos de miles de personas ya se estaban organizando para llegar a la marcha principal, por lo que ya durante varias horas antes hubo un laberinto de distintas manifestaciones. Convergiendo en la orilla del Támesis y el parlamento y de ahí hasta Hyde Park, la marcha principal terminó con los discursos oficiales de los sindicatos corporativos y el partido laborista. Durante la marcha, fueron populares los insultos a los líderes de la coalición en el gobierno: David Cameron y Nick Clegg, al canciller y responsable de los presupuesto, George Osborne, así como múltiples consignas que denunciaban la mentira de la estrategia del gobierno de la ‘gran sociedad’ y los ataques a los recortes servicios sociales, educación, sanidad y, en general, los ataques a la clase trabajadora.

 

Otros grupos no se quedaron a los discursos y a partir de entorno las 2 de la tarde, muchos comenzaron otra serie de actividades. En Oxford street se ocuparon tiendas como TopShop y Vodafone que, debiendo billones al erario público, simbolizan la injusticia tributaria y de las medidas con las que se quiere paliar la crisis. También hubo ataques a bancos como Lloyds, Santander y Royal Bank of Scotland. Una coalición autogestionaria de grupos de base e individuos llamada UKUncut, que ha estado organizando el cierre de tiendas para denunciar la hipocresía de la injusticia tributaria y los recortes sociales, organizó la ocupación de Fortnum & Masons, una tienda de comida y variantes de lujo. Tras haber investigado que este negocio estafa a la hacienda pública £10 millones anuales, la acción consistió en ocupar el interior y hacer una sentada pacífica para interrumpir la venta y el negocio ese día. También se puso música y se redecoró la fachada con mensajes de ‘impuestos a los ricos’, ‘conservadores  escoria’ y ‘no a los recortes’. La policía en seguida acordonó el edificio y en un primer momento parecía que todas las ocupantes iban a ser arrestadas. De hecho, parece que algunos policías intentaron convencer a las manifestantes que aguardaran dentro porque “había disturbios fuera”. No obstante, ésto resultó ser una trama para ganar tiempo hasta que el autobús que les podía llevar a comisaría llegara. La gente no obstante siguió negociando y muchos salieron sin cargos, pero se estima que hasta 90 personas han quedado imputadas.

 

La Solidarity Federation (S.F.), miembro de la AIT, llamó a la organización de un bloque radical unitario de la clase trabajadora. Partiendo desde el sur de Londres, la S.F. participó de la marcha principal y luego se unió a otras acciones que tomaron lugar en distintos puntos de la ciudad. La S.F. llamó a todos/as sus miembros a unirse en este día de lucha pues considera que los recortes son un asalto a la clase trabajadora y a las clases más bajas de la sociedad, en especial, mujeres, personas desempleadas, no-anglosajonas e inmigrantes. Su postura es una en la que entiende que un día de lucha o una manifestación no pueden por sí solos cambiar nada y hace falta organizarse en los centros de trabajo para combatir los ataques del gobierno. La S.F. ya había estado antes en diversas protestas vecinales, organizando luchas desde centros de trabajo y llamando a la huelga general. 

 

Siendo una de las organizaciones más visibles de entre los grupos anarquistas, así como del gran conocido por la prensa como el ‘black block’, la S.F. ha tenido que responder ante la prensa y diversos grupos y personas sobre el uso de tácticas como el daño a la propiedad y la confrontación policial. La S.F. en todo momento ha defendido la libertad y el respeto en el uso de diversas tácticas, ha llamado a la solidaridad y la unión entre la clase trabajadora contra una causa común, en particular con colectivos que son afines, así como a no caer en el juego de las corporaciones sindicales, mediáticas o de partidos políticos de diferenciar entre l@s ‘buen@s’ y ‘mal@s’ manifestantes.

 

La manifestación se ha saldado con 214 detenid@s, decenas heridas y acusaciones de torturas policiales. Grupos solidarios de abogados colaborando con la Green and Black Cross (Cruz Verde y Negra) ya están prestando ayuda judicial.

 

Entre tanto, en CNT Canarias se ha manifestado en apoyo a las protestas, especialmente contra los recortes educativos y desde aquí va un gran saludo. Los recortes afectan a tod@s y esto sólo es el principio.

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This article was published on 16 April 2011 by the SolFed group in South London. Other recent articles:

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